La hostelería zaragozana está muy cabreada. Las últimas medidas publicadas en el BOE han provocado un auténtico levantamiento de un sector al que están dejando morir sin compasión. Se sienten frustrados, indignados… Y no es para menos.
La hostelería zaragozana vivió el confinamiento viendo cómo sus negocios cerrados iban capeando -los que mejor- la crisis económica a base de tirar de los ahorros. Una hostelería que se dispuso a cumplir las medidas higiénicas y sanitarias impuestas en pos de la salud. Unos locales que se adaptaron a cambios y modificaciones estructurales y de aforo importantes. Unos trabajadores que cada día nos han desinfectado el mobiliario, nos han atendido con su mejor sonrisa tras la mascarilla, se han sabido adaptar a los nuevos tiempos con el take away, la comunicación online.
¿Y ahora qué?
Ahora los hosteleros zaragozanos son los culpables de los rebrotes. Son los asesinos de la pandemia, los mismísimos demonios de la enfermedad. Nada tiene que ver el botellón juvenil descontrolado en lugares donde no se respeta el distanciamiento social. Donde las litronas pasan de mano en mano y de boca en trago. Tampoco tienen la culpa las reuniones familiares llenas de emotivos abrazos y besos cargados de contagio.
No, señores: Salgamos ya de esos locales de aforo limitado, de vasos limpios y mesas desinfectadas. Huyamos de bares controlados, donde no se ha podido establecer, a día de hoy, ninguna relación entre rebrote y “vamos a echar una cerveza”. Hundamos definitivamente a un sector que supone el 8% del PIB. Arruinemos nuestra cultura social. Destrocemos el ocio y la gastronomía. Acabemos con nuestras tertulias de terraza en las noches de verano ¿Hasta las 12 en serio, con este calorazo?. Cerremos miles de negocios de nuestros amigos y vecinos. Mandemos a la ruina a hosteleros, repartidores, distribuidores de bebida y alimentación y demás trabajadores del entorno.
¿Y después?
Después siempre podremos pasear por los parques de nuestra ciudad, visitando los asquerosos restos de fiestas no autorizadas y demasiado permisivas. O podemos juntarnos 30 en una casa de 50 metros -como la mía- y organizar guateques a la antigua. Achucharnos, besuquearnos y “bailar pegados” en el cumple de la abuela. Y volver a llenar los hospitales y las salas de urgencias de enfermos de COVID. Estaremos tristes y enfermos, sí, pero con la conciencia tranquila sabiendo que hemos fusilado al Lucifer que se esconde en el ricón de cada bar.
BASTA YA de estigmatizar a la hostelería zaragozana, por favor!
Desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza exigen explicaciones por el agravio que sufre el sector hostelero y soluciones ante la crítica situación de la hostelería zaragozana en un comunicado (puedes leerlo íntegro aki). Alertan de la crisis que vive el sector, que se está viendo agravada por las restricciones que se imponen a los establecimientos pese a que no hay indicios de que ningún rebrote sea causa del desarrollo de la actividad propia de los negocios de hostelería.
Parte del texto:
El sector hostelero está absolutamente comprometido con la situación sanitaria imperante, y ha mantenido durante todos estos meses una actitud absolutamente ejemplar. De hecho, los negocios que lo integran están realizando día a día importantes esfuerzos por mantener las prescripciones higiénico sanitarias en sus establecimientos, con el propósito de garantizar la seguridad de sus clientes y trabajadores.
Pedimos que la actuación y atención de las diferentes Administraciones Públicas se focalice en los verdaderos focos de contagio y propagación: los eventos o celebraciones privadas, en los que no existe ningún tipo de control de aforo ni de cumplimiento de medidas higiénico – sanitarias.
Totalmente de acuerdo.
Es una incompetencia más de este absurdo equipo de patéticos expertos que deberían llamarse de equipos de patéticos improvisadores. En fin, un detrás de otra. A ver hasta cuando.