En 1987 se celebró la primera sesión parlamentaria de las Cortes de Aragón en su actual ubicación: el Palacio de la Aljafería. Juan Monserrat se estrenaba ese año como presidente de Las Cortes, cargo que ostentó hasta el 27 de junio de 1991. Posteriormente fue Justicia de Aragón, entre 1993 y 1998.
-Fue el primer presidente que pisó la actual sede de las Cortes de Aragón, que se inauguró en 1987. ¿Cómo lo recuerda?
Juan Monserrat: Tengo buenos recuerdos. Yo formaba parte del CDS y éramos el partido bisagra entre la derecha, formada por PP y PAR, y la izquierda de PSOE e IU. Me eligieron presidente sin ser del partido que gobernaba y yo creo que eso es bueno, porque se es más imparcial. He sido el único presidente de las Cortes elegido por unanimidad. Fue una época muy apasionante porque el discurso político tenía otro nivel distinto al de ahora. Había portavoces de un nivel muy alto, como Ángel Cristóbal Montes, José Luis Merino, Juan Antonio Bolea, Antonio de las Casas, Alfonso Sáenz Lorenzo… El debate se tensionaba porque no había una mayoría homogénea y había que negociar.
-¿Cómo fue el traslado a la nueva sede?
J.M.: No quise hacer un acto inaugural porque el traslado se hizo gracias al anterior presidente, no a mí. Hasta entonces el Parlamento celebraba sus sesiones en la Cámara de Comercio y las oficinas estaban en la calle San Jorge. Fue en octubre de 1987 cuando ya estuvieron listas todas las instalaciones. A mí me tocó lidiar con el trabajo de logística, buscar ubicación, dar tránsito y dar vida a un edificio vacío.
-¿Fue una gran mejora?
J.M.: Fue una mejora sustancial. Pero todo ha cambiado mucho desde entonces. En aquella época había un coche oficial y dos escoltas.
-¿Ha vuelto por las Cortes?
J.M.: A actos institucionales. Nos llevan como ex presidentes.
-También fue Justicia de Aragón. ¿Esos tiempos fueron más duros?
J.M.: Fui presidente de las Cortes de 1987 a 1991 y Justicia de Aragón de 1993 a 1998. En este último cargo fui duro con la Administración, me metí en todos los fregados y no fue fácil. Ahora es diferente, lo hacen muy bien, pero es todo más calmado, la situación es diferente.
-Nuestra revista empezó en 1986, antes de que usted fuera presidente de las Cortes. ¿Qué hacía entonces?
J.M.: Era abogado en ejercicio, como ahora. Participaba en política y el destino me llevó a la presidencia de las Cortes, además muy joven. Estoy muy orgulloso de haber representado a los aragoneses.
-¿Qué recuerdos personales guarda más fuertemente de estos años?
J.M.: Por un lado, estando en las Cortes tuve dos hijos. Y, por otro lado, fueron muy duros los tiempos de los atentados, sobre todo el del cuartel de la Guardia Civil de la avenida Cataluña, que fue en diciembre de 1987. Esos momentos los viví con gran amargura.